08 Oct Cómo Aprender a Querer ser Feliz.
A través de los años, se ha creado la incógnita del origen de la Felicidad en el ser humano, y si esta depende meramente de la mentalidad positiva de la persona o si corresponde a un factor genético fuera del control emocional.
El capítulo “¿Somos o nos hacemos felices?” del libro El Cerebro del Futuro por Facundo Manes, explica la relevancia de la genética en el estado emocional de cada persona, haciendo hincapié en las distintas concepciones que ha tenido esta incógnita en los últimos tiempos.
Por ejemplo, a finales de la década de los años 90, David Lykken realizó un estudio donde sus primeros resultados concluyeron en que “cada persona tiene un punto de felicidad fijado genéticamente, tal como podría ocurrir con el peso, o la altura…” (Manes 227), siendo el factor genético responsable en un 50% por encima de la voluntad humana de ser felices o no. Sin embargo, Lykken habiendo reelaborado sus resultados, pudo concluir que el humano si es capaz de modificar su propio nivel de felicidad ampliamente, dejando en los estudios actuales que “la genética corresponde solamente al 36% del bienestar y al 32% de la satisfacción en relación con la vida [humana]” (227).
Esto quiere decir que, si bien la familia y antepasados de una persona son relevantes, lo que dictamina su verdadera capacidad para ser feliz es ella misma, y las creencias que se autoinculca y enseña diariamente.
Debido a la constante información que un individuo recibe cotidianamente respecto a la negatividad del mundo que lo rodea, ya sea sobre la desgastada calidad de vida de su sociedad o de su propio círculo cercano, es común imaginar dificultoso el proceso de convertirse en una persona feliz, ya que el mismo ambiente que lo rodea es propenso a hacerlo una persona desdichada.
De acuerdo al escritor Álex Rovira en su libro Alegría, “la alegría de la etapa infantil […] está bajo diferentes capas de falsas creencias, aprendizajes equivocados y prejuicios” (Rovira, 69); en otras palabras, la felicidad característica de los niños es paulatinamente disminuida en su crecimiento por las convicciones y opiniones restrictivas de los adultos que los rodean.
Por lo tanto, es imperativo para nosotros cambiar nuestra propia mentalidad con el fin de “desaprender creencias saboteadoras y limitadoras” (69) para llegar a un estado de completa alegría sin importar el contorno de cada individuo.
De esta manera, si usted considera que su vida y mentalidad han estado permanentemente guiadas por las concepciones de sus alrededores y le han afectado negativamente por lo mismo, se debe cuestionar el origen de tales aserciones y si estimulan o deterioran el estilo y forma de vida que se quiere conseguir.
Ser feliz es una decisión, y es posible solo si la persona está dispuesta a liberarse de pensamientos y acciones negativas adquiridas a lo largo de toda su vida.
Es fundamental cuestionarse “¿Qué debo hacer que, de hacerlo, cambiaría mi situación para ser feliz?” (Comparini), logrando así el comienzo a un cambio de mentalidad y el desapego del razonamiento negativo colectivo que tan comúnmente inunda a las distintas sociedades humanas.
Bibliografía
Comparini. P. Conferencia expositiva. (2015)
Manes, F. “¿Somos o nos hacemos felices?”. El Cerebro del Futuro. (2019), pp. 227-228.
Rovira, A. “Creer en la alegría es crear alegría”. Alegría. (2019), pp. 69-71.
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